Desde que nací, siempre estuviste ahí
regalándome tu amor y tu ternura
eres lo primero que yo vi
cuando era tan solo una pequeña criatura.
Le pido siempre por ti a la Virgen
que también es la Madre de Dios,
le suplico que nunca estés triste,
y que te llene siempre con su gran resplandor.
Virgen Santa Madre de Nuestro Señor,
encomiendo a Tí mi madrecita, para que
la cubras con tu Bendito Manto de Protección,
ilumina siempre su camino y dale paz a su corazón.
Ayúdame a ser siempre buen hijo,
digno de una madre tierna y entregada
enséñame el camino a seguir,
para hacer siempre sentir a mi madre que es amada.
Bendita seas siempre Santa María,
y a ti también te alabo y te bendigo eso Tu bien lo sabes;
permíteme siempre con alegría,
entregarle todo mi cariño a mi madre.