del Hijo y del Espíritu Santo,
te pido oh! Dios mío todo poderoso,
que ya que cuentas con la fuerza inconfundible
del dominio del universo
y el poder de los poderes para contrarrestar
toda irradiación de malos influjos
proveniente de las almas atrasadas
con mentalidad llena de perversión y prostituidas
por la tentación del mal y la perdición,
me concedas el privilegio
de recurrir a tus santas y positivas protecciones
solicitando tu ayuda para que a nombre
de ese sacrosanto y justo proceder tuyo,
hagas arrepentirse:
por el daño que en estos momentos
me está haciendo con la envidia
que siente hacia mi persona,
la cual está obstruyendo la felicidad de mi vida,
la paz y la tranquilidad de mi hogar
y el progreso a que tengo derecho
como ser humano que a nadie ha hecho daño
y que considero a los demás
como mis hermanos en la tierra.
Igualmente, y con la humildad de mi persona,
te suplico, aleja de la mente
de los que me rodean y me acechan,
todo pensamiento volcado en malas intenciones
para conmigo y mi familia.
Y por ultimo Padre Celestial te pido,
que a nombre de la virgen Maria,
madre abnegada de Jesús,
y las Once mil Vírgenes
que moran en el Reino de los Cielos
y velan nuestras noches,
limpies mi camino de todo peligro,
y me concedas el favor que aquí te imploro
y que por la envidia de mis enemigos gratuitos,
no había podido conseguir.
Amén.