LIBRO 1
CAPÍTULO XVIII
CONCERNIENTE A LOS SANTOS PANTÁCULOS O MEDALLAS
LAS MEDALLAS O pantáculos que hacemos con el própósito de infundir terror a los espíritus y someterlos a obediencia, tienen además de esto, maravillosa y excelente virtud. Si invocas a los espíritus por la virtud de estos pantáculos, obedecerán de buen grado, y habiéndolos contemplado serán impresionados con asombro y los temerán, y los verás tan sorprendidos con terror y miedo, que ninguno de ellos será suficientemente armado como para oponerse a tu voluntad. También son de gran virtud y eficacia contra los peligros de la tierra, el aire, el agua y el fuego, contra el veneno que se ha tomado, contra toda clase de necesidades y debilidades, contra el hechizo, atadura y brujería, Contra el terror y el miedo; donde quiera que te encuentres, si estás armado con ellos estarás a salvo todos los días de tu vida.
Con ellos ganamos favores y buena voluntad de los hombres y mujeres, el fuego se extingue, el agua se aquieta, y todas las criaturas temen los nombres que se encuentran escritos en ellos, y obedecen por ese temor.
Estos pantáculos se hacen del metal más adecuado a la naturaleza del planeta. De esta manera no hay necesidad de observar la regla de los colores. Deben ser grabados con el instrumento del Arte, en las horas y días propios del planeta.
Saturno rige sobre el plomo, Júpiter sobre el estaño, Marte sobre el hierro, el Sol sobre el oro, Venus sobre el cobre, Mercurio sobre la mezcla de metales, la Luna sobre la plata.
También pueden hacerse en papel virgen exorcisado, escribiendo entonces con los colores correspondientes al planeta, remitiéndose a las reglas ya dadas en los capítulos correspondientes, y de acuerdo con el planeta con el que el pantáculo se encuentra en afinidad. El color apropiado para Saturno es el negro, Júpiter rige sobre el azul cielo, Marte sobre el rojo, el Sol sobre el oro, dorado o amarillo, Venus sobre el verde, Mercurio sobre una mezcla de colores, la Luna sobre plateado o el color de tierra argentina.
El material con el que se construyen los pantáculos debe ser virgen, nunca haber sido usado para ninguna cosa o propósito; si es metal debe ser purificado con fuego. Respecto al tamaño, es arbitrario, en tanto se haga de acuerdo con las reglas y con las solemnidades requeridas, como se ha ordenado.
La1 virtud de los santos pantáculos no es menos provechosa que el conocimiento de los secretos que he dado, y debe tenerse cuidado particular en usar los colores apropiados si se hacen en pergamino virgen, y si se graban sobre metal, hacerlo en la forma descrita, y de esta manera se tendrá la satisfacción de ver los resultados esperados. Viendo que ésta no es una ciencia de discusión y razonamiento, sino, por el contrario, enteramente misteriosa y oculta, por lo que no debemos discutir y deliberar sobre su materia, es suficiente con creer firmemente para que podamos poner en operación lo que se ha enseñado.
Cuando construyas estos pantáculos y caracteres, es necesario nunca olvidar el incienso y no emplear nada más de lo que se menciona.
Es necesario, sobre todo, estar concentrado en la operación, y nunca olvidar u Omitir las cosas que contribuyen al éxito que los pantáculos y experimentos prometen, teniendo en la mente sólo la intención de la gloria de Dios, el cumplimiento de los deseos y la amabilidad hacia el prójimo.
Aún más, mi muy amado hijo, te ordeno no enterrar esta ciencia sino hacer a tus amigos partícipes de ella, sujetos, sin embargo, al mandato de no profanar nunca las cosas que son divinas, ya que si lo haces, lejos de hacerte amigo de los espíritus, será el medio de acarrearte la destrucción.
Nunca debes prodigar estas cosas a los ignorantes, ya que esto sería tan reprobable como el dar gemas a los cerdos; por el contrario, de un sabio la sabiduría debe pasar a otro sabio, para que de esta manera el Tesoro de los Tesoros nunca caiga en el olvido.
Adora1 y reverencia los más santos nombres de Dios que se encuentran en los pantáculos y los caracteres, pues sin esto nunca llegarás al final de la empresa, ni lograrás el Misterio de los Misterios.
Sobre todo, recuerda que para llevar a cabo cualquiera de estas operaciones debes estar puro de cuerpo y mente y sin culpa, y no omitir ninguna de las preparaciones. Esta clave, llena de misterios, me ha sido revelada por un ángel. Maldito sea quien tome nuestro Arte sin tener las cualidades requeridas para entender completamente nuestra Clave; maldito sea el que invoque el nombre de Dios en vano, pues quien lo haga prepara para sí mismo el castigo que espera a los herejes, pues Dios lo abandonará y relegará a las profundidades del infierno, entre los espíritus impuros, pues Dios es Grande e Inmutable, ha existido por siempre, y permanecerá hasta el fin de las edades.
¡Maldito sea quien tome el nombre de Dios en vano! ¡Maldito sea quien use este conocimiento para fines maléficos! ¡Sea maldito en este mundo y en los mundos por venir! Amén. Sea maldito en el nombre que ha blasfemado